http://dx.doi.org/10.24016/2023.v9.326
ARTÍCULO ORIGINAL
Perception of danger, coping strategies, and mental health in university population
Percepción de peligro,
estrategias de afrontamiento y salud mental en población universitaria
Nicol Altamirano1,
Pablo Melo-Moreno1*, Felipe García1
1 Universidad
de Concepción, Concepción, Chile.
*
Correspondencia: pmelom@udec.cl.
Recibido: 22 de marzo de 2023 |
Revisado: 15 de agosto de 2023 | Aceptado: 08 de septiembre de 2023 | Publicado
Online: 16 de septiembre de 2023.
CITARLO COMO:
Altamirano, N., Melo-Moreno, P., &
García, F. (2023). Perception of danger, coping strategies, and mental health in university population. Interacciones, 9, e326. https://dx.doi.org/10.24016/2023.v9.326
ABSTRACT
Objective: This study aimed to relate life satisfaction and psychological distress to coping with
the perception of criminal danger in university students. Method: Three scales were used:
The Life Satisfaction Scale, the K-10 Psychological Distress Scale, and the Coping with
Perceived Danger Scale. A total of 370 university students participated, of whom 65.4% were female, and 13.8% had experienced crime in the previous two
years. Result:
A positive and statistically significant
relationship was found between coping
with perceived danger, such as cautious avoidance (r=0.274, p ≤
0.00), preventive coping (r=0.344, p ≤ 0.00), and extreme
avoidance (r=0.207, p ≤ 0.00), with
psychological distress. These relationships were even stronger
for victims of crime. Women
show higher levels of psychological distress and more cautious, avoidant and extreme coping strategies in the face of danger
compared to men. Finally, a negative and significant relationship was observed between
psychological distress and life satisfaction. Conclusion: It appears that regardless
of whether a person has been a victim of crime
in the last two years, perceptions
of danger and strategies of cautious
and even extreme crime prevention are related.
Keywords: Insecurity Perception, Psychological Distress, Crimes.
RESUMEN
Objetivo: El objetivo de este
estudio fue relacionar la satisfacción con la vida y el malestar psicológico
con el afrontamiento frente a la percepción de peligro delictual en
universitarios. Método: Se
utilizaron tres escalas, la escala de satisfacción con la vida, la escala de
malestar psicológico k-10, y la escala de afrontamiento frente a la percepción
de peligro. Participaron 370 estudiantes universitarios, de los cuales un 65,4%
son mujeres y un 13,8% han sufrido un delito en los últimos 2 años. Resultados:
Se encontró una relación positiva, con un tamaño del efecto pequeño
entre el afrontamiento frente la percepción de peligro, como evitación prudente
(r=0,274, (p ≤ 0,00), afrontamiento preventivo (r=0,344, p ≤ 0,00) y evitación
extrema (r=0,207, p ≤ 0,00) con malestar psicológico. En víctimas de delitos,
estas relaciones se hacen más fuertes. Las mujeres muestran un mayor malestar
psicológico, así como también estrategias de afrontamiento frente al peligro
más prudentes, preventivas y extremas que los hombres. Por último, se observa
una relación negativa y significativa entre malestar psicológico y satisfacción
con la vida. Conclusión: Se videncia que independiente de que, si la persona es
víctima de un delito en los últimos dos años, la percepción de peligro y las
estrategias llevadas a cabo para prevenir el delito de forma prudente e incluso
extrema, se relacionan entre sí.
Palabras
claves: Percepción De
Inseguridad, Malestar Psicológico, Delitos.
INTRODUCCIÓN
En Chile, entre los delitos violentos se encuentra una categoría llamada
delitos de mayor connotación social (DMCS). De acuerdo con el Centro de
Estudios y Análisis del Delito (2021) los DMCS superan los 500.000 casos
anuales (549.837 delitos año 2018 y 554.829 el año 2019), con excepción del año
2020 en que sólo se produjeron 386.483 delitos, posiblemente por las
restricciones al movimiento provocadas por la pandemia por Covid-19. Al
analizar la proporción de los delitos violentos generales del total de los DMCS
ocurridos esos tres años, se puede constatar que la violencia general se ha
incrementado de un 27,2% el año 2018, a 28,7% el año 2019 y a 33,5% el año
2020, además de ser los segundos más frecuentes con un 29,3% de los DMCS,
superados sólo por los de hurto con un 29,6%.
Los chilenos y chilenas, experimentan un alto nivel de exposición al
delito en espacios públicos (79,9%) y en sus hogares (61,7%), y manifiesta una
preocupante falta de confianza en la protección que brinda el sistema judicial
(86,9%) (Rodríguez Garces et al., 2020). Esta sensación generalizada de
vulnerabilidad se diferencia según el nivel socioeconómico y en menor medida
por género. La segmentación territorial también juega un papel crucial, siendo
más pronunciada en áreas de bajos recursos. Factores como el microtráfico, las
condiciones precarias de habitabilidad y la limitada accesibilidad a servicios
públicos policiales y de atención médica, contribuyen a esta inseguridad
palpable (Rodríguez Garces et al., 2020).
En los sectores más vulnerables, esta percepción de inseguridad se
acompaña no solo de desafección hacia las instituciones (88,0%), sino también
de dificultades para trasladarse a áreas que se consideran más seguras (72,1%).
La sensación de inseguridad se acentúa especialmente en espacios públicos
(79,9%), aunque este sentimiento también afecta a los sectores de mayores
ingresos (92,2%).
Percibir seguridad en la vivienda, el barrio, la ciudad y la sociedad,
es fundamental para el bienestar de las personas (Franc
et al., 2012). Al respecto la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana
(ENUSC), evidenció un alza en la percepción de inseguridad en Chile que llega
al 86,9%, a pesar de una disminución de un 16,9% en la tasa de victimización en
hogares en delitos de mayor connotación social en los últimos 12 meses,
incluyendo los años de confinamiento en pandemia (INE, 2022).
La vivencia traumática generada por un delito supone un quiebre en el
sentimiento de seguridad individual y familiar, que puede ceder en las primeras
semanas, durar largos períodos o extenderse durante toda la vida; estudios al
respecto encontraron que en el 80% de los delitos violentos las secuelas
psicopatológicas se extienden hasta un año después (Echeburúa et al., 2004;
Echeburúa et al., 2007).
Ser testigos de hechos violentos o el haber sufrido experiencias
traumáticas y de violencia pueden tener consecuencias devastadoras tanto sobre
las personas afectadas como sobre sus familiares (Chía et al., 2011). Los
efectos del crimen y la victimización van desde daños físicos y económicos (por
la sustracción objetiva de los bienes, pérdida de tiempo laboral y gastos
médicos por heridas ocasionadas) hasta psicológicos (Freeman, 1999). Las
víctimas también sufren respuestas emocionales negativas como miedo, confusión,
tristeza, ira, impotencia y estrés y, como resultado, tienen un bienestar
general más bajo en comparación con las personas que no son víctimas, incluida
una disminución de la satisfacción con la vida, la felicidad y la calidad de
vida (Dinisman y Moroz,
2017).
Entre las consecuencias negativas en la salud mental se encuentran
trastornos de ansiedad y depresión (Cisler et al.,
2012; Zlotnick et al., 2006). Las cuales se
encuentran mediadas por las estrategias de afrontamiento. Según Folkman y
Lazarus (1985), las estrategias de afrontamiento se definen como esfuerzos
conductuales y psicológicos específicos que las personas utilizan para manejar,
reducir, minimizar o tolerar eventos estresantes.
Las estrategias de afrontamiento se pueden dividir en afrontamiento de
aproximación y afrontamiento de evitación. Se ha evidenciado que el afrontamiento
evitativo agrava la relación entre el estrés y el bienestar (Chao et al., 2011;
Kurtovic et al., 2018) encontraron un mayor
afrontamiento centrado en el problema situacional y activo, por ejemplo,
encontrar soluciones para un problema, predicen un nivel más bajo de síntomas
psicopatológicos, incluidos los síntomas depresivos y de ansiedad. Las
estrategias de afrontamiento de evitación pueden aumentar el riesgo de
depresión de un individuo. Esto, debido a que aumentan el estrés, lo que
produce síntomas de depresión en los estudiantes (Holahan
et., 1999). Por ello, las personas que utilizan estrategias de afrontamiento de
evitación tienden a tener síntomas internalizados que aumenta el riesgo de
depresión.
Estudios realizados en adolescentes conceptualiza las estrategias de
afrontamiento como un moderador que puede proteger o exacerbar el ajuste
dependiendo de si las estrategias específicas son adaptativas o desadaptativas
(Zimmer-Gembeck y Skinner, 2008; Gantiva
et al., 2010), encontraron que el grupo de personas con ansiedad, a diferencia
del grupo sin ansiedad, empleaba menos estrategias adaptativas, específicamente
estrategias centradas en la solución del problema y en la reevaluación.
El 25,70% de las víctimas de delitos de mayor connotación social en
Chile durante el año 2022 fueron mujeres y hombres entre 18 a 29 años (CEAD,
2022). En este rango de edad, la violencia interpersonal se encuentra entre las
principales causas de mortalidad de adolescentes y jóvenes en el mundo,
especialmente en los países de ingresos bajos y medianos de América Latina,
causando casi un tercio de todas las muertes de varones adolescentes (OMS,
2022) En Chile las agresiones y homicidios, son la tercera causa de muerte para
jóvenes de 15 a 29 años (CONASET, 2020). La violencia y la vida en entornos
frágiles pueden aumentar el riesgo de que surjan problemas de salud mental en
los jóvenes con consecuencias que se extienden a la edad adulta (OMS, 2021).
A partir de lo anterior es que se busca relacionar la satisfacción con
la vida y el malestar psicológico con el afrontamiento frente a la percepción
de peligro de sufrir un delito en universitarios, considerando el contexto
actual en la población chilena, que presenta altos niveles de percepción de
inseguridad nacional en torno a los delitos de mayor connotación social.
MÉTODO
Diseño
Se realizó un estudio no experimental-observacional, con un alcance correlacional, de medición transversal, a través de la aplicación de tres cuestionarios en población universitaria.
Participantes
Se utilizó un método de muestreo no probabilístico por conveniencia
debido a consideraciones de accesibilidad. La muestra comprendió un total de
370 estudiantes universitarios provenientes de diversas disciplinas académicas.
Para establecer un nivel de confianza del 95% con un margen de error de
estimación del 0,05, los tamaños de muestra se ajustaron alrededor de 200,
siguiendo las recomendaciones de Henríquez-Roldán et al. (2012).
El rango de esas se ubicó entre 17 a 43 años, con un promedio de edad de
21,25, pertenecientes a diversas áreas, tales como ciencias sociales en un
24,6% (n= 91), ciencias de la salud 50,5% (n= 187), educación 7,3% (n= 27),
ingenierías 7% (n= 26) y otras áreas 10,5% (n= 39).
De todos ellos, el 65,4% son mujeres (n=242), el 33,8% hombres (n= 125)
y solamente 0,8% seleccionaron otro sexo (n=3).
El 86,2% (n=319) de la muestra no ha sufrido un delito en los últimos 2
años, mientras que el 13,8% asegura que si (n=51). De ellos 32 han sido mujeres
las víctimas de delitos (ver tabla 1).
Tabla 1. Características
sociodemográficas de los participantes.
Datos Sociodemográficos |
Frecuencia |
Porcentaje |
Sexo Mujer Hombre Otro |
242 125 3 |
65,4 33,8 0,8 |
Carrera Ciencias Sociales Ciencias de la Salud Educación Ingenierías Otras |
91 187 27 26 39 |
24,5 50,5 7,3 7,0 10,5 |
¿Víctima de delito? Si No |
51 319 |
86,2 13,8 |
Instrumentos
La Escala Kessler (K-10) de
malestar psicológico que evalúa sintomatología ansiosa y depresiva, validada en
contextos de atención primaria de pacientes de 18 a 80 años. En su validación
en población chilena, la escala mostró una correlación significativa y positiva
con estados emocionales negativos como depresión, ansiedad, estrés y afecto
negativo. Por otro lado, se encontró una correlación significativa y negativa
con los afectos positivos (Muñoz-Ortiz y Moyano-Díaz, 2017). Las opciones de
respuesta de las preguntas son tipo Likert del 1 al 5. La suma de las
puntaciones de esta escala tiene un mínimo de 10 y un máximo de 50. Los rangos
del instrumento presentan cuatro niveles: bajo (10–15), moderado (16–21), alto
(22–29), y muy alto (30–50).
La Escala de Satisfacción Vital
(Diener et al., 1985), validada en español por Arias y García (2018). Este
mostró una adecuada consistencia interna (α = 0,81), en sus 5 ítems, que
evalúan de forma unidimensional el bienestar subjetivo en una escala Likert del
1 al 5 que va de muy en desacuerdo a muy de acuerdo respecto a la satisfacción
con los aspectos de la vida, la evaluación positiva de circunstancias y lo
conseguido en relación a las metas hasta el momento de desarrollo vital del
sujeto).
La Escala de afrontamiento frente
a la percepción de peligro, la cual fue adaptada al contexto chileno, y se
compone de 20 ítems. En un estudio realizado en Perú (De Rojas et al., 2009)
presentó una estructura factorial aceptable (KMO = 0.653), en cuatro factores
orientados a la evidenciar las actitudes o conductas relacionadas al delito 1)
afrontamiento evitativo prudente (α = 0.857), tales como evitar tomar
transporte o caminar solo/a de noche, 2) evitación de grupos sociales
marginados y estigmatizados (α = 0.762), como las personas de bajos recursos e
inmigrantes, 3) afrontamiento preventivo (α = 0.621), como estar alerta,
procurar cerrar las ventanas y puertas al salir del hogar, y por último, 4)
afrontamiento evitativo extremo (α = 0.659), en donde las personas perciben un
grado alto de peligro en el ambiente que lleva a evitar situaciones normales
cotidianas, no peligrosas, como realizar actividades durante el día. Las
opciones de respuesta de los ítems están en una escala tipo Likert de 4 puntos
donde 1 = “Totalmente en desacuerdo” hasta 4 = “Totalmente de acuerdo”.
Procedimiento
Se aplicaron tres escalas mencionadas anteriormente a través de un google forms, previa aceptación
del consentimiento informado.
Análisis
estadístico
Se realizaron análisis descriptivos de las variables sociodemográficas y
de los promedios obtenidos en las escalas. Posteriormente, se llevó a cabo un
análisis de correlaciones utilizando el coeficiente de correlación de Pearson,
utilizando el software SPSS versión 25.
Es fundamental destacar que la evaluación del tamaño del efecto se basó
en los siguientes criterios: valores de correlación próximos a 0.1 sugieren una
pequeña magnitud, aquellos alrededor de 0.5 denotan una magnitud moderada y cercanos
a 0.80 grandes (Cohen, 1988).
Aspectos
éticos
Esta investigación fue aprobada por el Comité de Ética, Bioética y
Bioseguridad de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la
Universidad de Concepción,
La recolección de datos se realizó con la autorización institucional, y
el consentimiento informado en todos los casos, explicitando en estos procesos
un máximo de detalles de los objetivos y usos posteriores del estudio, el tipo
de participación solicitada, los riesgos asociados y las garantías de libertad
y voluntariedad, confidencialidad y anonimato de la participación, así como el
poder retirarse cuando lo deseen. El consentimiento informado fue desarrollado
vía plataforma electrónica para las encuestas, entregándole un correo y un
teléfono de consultas para que el participante pueda resolver sus dudas sobre
el estudio.
RESULTADOS
Evaluadas mediante el coeficiente alfa de Cronbach, se obtuvo una alta
consistencia interna para las tres escalas: la escala de afrontamiento frente a
la percepción de peligro arrojó un alfa de Cronbach de 0.833, la escala de
malestar psicológico mostró un alfa de 0.916 y la escala de satisfacción con la
vida mostró un alfa de 0.869.
Al comparar los puntajes de las escalas, observamos que existen
diferencias significativas en hombres y mujeres, en torno al malestar
psicológico (p ≤ 0,00), siendo mayor en las mujeres (M=32,39, DE=8,08), así
como también en el afrontamiento frente a la percepción de peligro (M=54,30,
DE=8,70), como evitación prudente (M=14,12, DE=3,53) preventiva (M=24,82, DE=3,70
y extrema (M=6,66, DE=2,98).
El promedio de la escala de satisfacción con la vida fue de 23,69
(DE=6,54), para la escala de malestar psicológico fue de 30,81 (DE=8,29) y para
la escala de afrontamiento frente a la percepción de peligro 56,23 (DE=11,73).
Al correlacionar satisfacción con la vida, con malestar psicológico y las
dimensiones que componen la escala de afrontamiento, así como el puntaje total
de esta, se evidencia una relación negativa y significativa entre malestar
psicológico y satisfacción con la vida (r=0,400, p ≤ 0,00), y con el puntaje
total de la escala de afrontamiento frente la percepción de peligro de forma
positiva y pequeña pero no trivial (r=0,361, p ≤ 0,00), así como con tres de
las cuatro dimensiones que corresponden a evitación prudente (r=0,274, (p ≤
0,00) , afrontamiento preventivo (r=0,344, p ≤ 0,00) y evitación extrema
(r=0,207, p ≤ 0,00) de la escala de afrontamiento con malestar psicológico.
Al relacionar lo anterior, pero en personas que han sido víctimas de
delitos en los últimos dos años, se evidencia una correlación alta y negativa
entre satisfacción con la vida y malestar psicológico (r=0,569, p ≤ 0,00), y de
forma positiva y significativa entre malestar psicológico, y el afrontamiento
frente a la percepción del peligro (r=0,506, p ≤ 0,00), de forma preventiva
(r=0,548, p ≤ 0,00) y extrema (r=0,300, p ≤ 0,00).
DISCUSIÓN
Se identificó
una relación positiva y estadísticamente significativa entre las estrategias de
afrontamiento frente a la percepción de peligro y el malestar psicológico.
Específicamente, se observó que la evitación prudente (r=0,274, p ≤ 0,00) y el
afrontamiento preventivo (r=0,344, p ≤ 0,00) estaban correlacionados con el
malestar psicológico, siendo la relación con la evitación extrema (r=0,207, p ≤
0,00) de menor magnitud. Al respecto, Howitt y Duncan
(2017) señalan que una correlación de 0.30 sería prometedora en estudios de
fenómenos sociales/psicológicos,
En el caso de
la submuestra de personas que han sido víctimas de delitos, estas relaciones se
fortalecen aún más, llegando incluso a una correlación fuerte y significativa
(r = 0,548, p ≤ 0,00) en el afrontamiento preventivo. Esto implica que
estrategias como mantenerse alerta, evitar caminar por la noche o cerrar
puertas y ventanas al salir de casa están asociadas de manera más pronunciada
con el malestar psicológico en aquellos que han experimentado delitos
recientemente.
Es fundamental
resaltar que la percepción de inseguridad tiene un impacto significativo en la
salud mental y en la cohesión social. La falta de confianza en los demás surge
al ver a los otros como una amenaza, lo que lleva al aislamiento en términos de
relaciones sociales y al retraimiento de los espacios públicos, con las
personas buscando seguridad en la privacidad de sus hogares. Aunque los medios
de comunicación pueden amplificar el miedo, es importante reconocer que la
sensación de inseguridad se basa en experiencias y percepciones reales, no
siendo meramente una construcción social promovida por los medios. Esta
dinámica genera una sensación de vulnerabilidad que afecta diversas dimensiones
del malestar humano, haciendo del miedo un sentimiento generalizado (Rodríguez
et al., 2017).
Es esencial
discernir entre la inseguridad y la percepción de inseguridad, dado que son
fenómenos distintos (Gelvez-Ferreira, 2019). Este
enfoque explica los resultados del estudio actual, donde la mayoría de los
participantes, aunque no hayan sido víctimas de delitos, emplean estrategias
preventivas ante la posibilidad de serlo. Investigaciones en Latinoamérica han
revelado otros factores influyentes en la percepción de seguridad, como el
conocimiento de delitos en el vecindario y la confianza en las instituciones,
así como la familiaridad con las políticas públicas de seguridad (Gelvez-Ferreira, 2019).
En este
contexto, es esencial considerar el impacto de los medios de comunicación en la
percepción de seguridad de la población. Un estudio en las comunas de la
provincia de Concepción, según el Observa Bio Bío (2019), evidenció que el 70%
de los participantes había modificado sus hábitos para evitar ser víctimas,
influenciados en gran medida por los medios de comunicación que a menudo
enfatizan el sensacionalismo y manipulan los contenidos para resaltar la
inseguridad.
Respecto a la
relación entre el malestar psicológico, la percepción de inseguridad y las
estrategias de afrontamiento, investigaciones longitudinales han demostrado que
las estrategias de evitación iniciales están asociadas con mayores factores
estresantes a lo largo del tiempo (Holahan et al.,
2005). Además, la influencia de las estrategias de afrontamiento en situaciones
específicas sobre el bienestar emocional ha sido documentada en estudios
previos (Torinomi et al., 2022).
En síntesis,
la sensación de inseguridad y las estrategias enfocadas en la evitación tienen
un impacto negativo en el bienestar psicológico y general de las personas, ya
sean víctimas de delitos o no.
Limitaciones
Es importante
tener en cuenta que este estudio presenta varias limitaciones que afectan la
interpretación y aplicabilidad de sus resultados. La elección de un método de
muestreo no probabilístico por conveniencia puede introducir sesgos en la
muestra y reducir su representatividad. Aunque el tamaño de la muestra fue
ajustado de acuerdo a recomendaciones, la cantidad de participantes podría
resultar insuficiente para abordar relaciones complejas de manera exhaustiva.
Además, dado que se trató de un diseño no experimental y observacional, no es
posible establecer relaciones causales, y la naturaleza transversal de la
medición limita la comprensión de los cambios a lo largo del tiempo.
Es relevante
mencionar que la muestra está predominantemente compuesta por mujeres (65.4%),
lo que podría introducir un sesgo de género en los resultados. Además, es
necesario considerar que los datos se basan en autoinformes, lo que los hace
susceptibles a posibles distorsiones. Por último, los resultados obtenidos en
un entorno universitario pueden no ser directamente extrapolables a otras
poblaciones, lo que restringe su generalización.
Conclusiones
En conclusión,
aunque este estudio arroja luz sobre la relación entre la percepción de
inseguridad, las estrategias de afrontamiento y el bienestar psicológico, sus
limitaciones resaltan la necesidad de interpretar sus hallazgos con cautela y
de considerar cuidadosamente su aplicabilidad en contextos más amplios.
ORCID
Nicol
Altamirano https://orcid.org/0009-0002-6250-4020
Pablo
Melo-Moreno https://orcid.org/0000-0002-6478-9368
Felipe
García https://orcid.org/0000-0002-4161-5840
CONTRIBUCIÓN
DE LOS AUTORES
Nicol
Altamirano: Conceptualización, Metodología, Recolección de datos, Análisis
formal, Investigación, Curación de datos, Escritura-Original.
Pablo
Melo-Moreno: Investigación, Análisis formal, Escritura-Original, Escritura-Revisiones
y Edición, Visualización
Felipe
García: Conceptualización, Análisis formal, Investigación, Curación de datos, Adquisición
de recursos.
FUENTE DE FINANCIAMIENTO
El presente estudio fue financiado por la Beca ANID/Fondecyt 1220231.
CONFLICTO DE INTERESES
El autor expresa que no hubo conflictos de intereses al recoger los
datos, analizar la información ni redactar el manuscrito.
AGRADECIMIENTOS
No
aplica.
PROCESO
DE REVISIÓN
Este estudio ha sido revisado por tres revisores externos en modalidad
de doble ciego. El editor encargado fue Anthony Copez-Lonzoy. El proceso de revisión se encuentra como material suplementario 1.
DECLARACIÓN
DE DISPONIBILIDAD DE DATOS
Los autores adjuntan la base de datos como material suplementario 2.
DESCARGO
DE RESPONSABILIDAD
Los autores son responsables de todas las
afirmaciones realizadas en este artículo.
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